Santillana del Mar es uno de los rincones más bellos y ricos desde el punto de vista cultural de Cantabria. Pero a su pasado histórico hay que unirle también un excelente entorno natural. Hoy vamos a conocer qué ver en Santillana del Mar para disfrutar de este enclave.
A Santillana del Mar se la conoce popularmente como la villa de las tres mentiras, pues ni es santa, ni es llana ni tiene mar. Una localidad que posee un envidiable conjunto histórico – artístico y que es cita ineludible para todos aquellos viajeros que se adentran en la región cántabra.
Los 5 mejores lugares que ver en Santillana del Mar y alrededores
Al visitar Santillana del Mar y sus alrededores, hay una serie de monumentos, lugares y atractivos que ver de forma imprescindible. Hemos recogido aquí los cinco más destacados para que no te los puedas perder bajo ningún concepto.
La Colegiata y el claustro de Santa Juliana
La Colegiata de Santa Juliana de Santillana del Mar tiene su origen a mediados del siglo XII. De estilo románico, está considerada Monumento Nacional desde 1889. Desde sus inicios, y prácticamente hasta ahora, ha sido uno de los templos más importantes en Cantabria.
Si visitas su interior, no debes perderte su hermoso claustro de los siglos XII y XIII. Situado en la fachada norte, está considerado uno de los mejores claustros románicos en España. La belleza silenciosa de este lugar impacta a cualquier visitante que desee conocer qué ver en Santillana del Mar.
El mar de Santillana de Mar
El término municipal de Santillana del Mar alberga hasta 10 pequeños pueblos y una franja de costa. A solo 15 minutos de aquí puedes encontrar la hermosa cala de Zapera. Una piscina natural de aguas cristalinas ideal para darse un baño y disfrutar de las vistas. las vistas.
Muy cerca de esta última se halla la playa de Santa Justa, la más conocida y popular en Santillana del Mar. Situada en el pueblo de Ubiarco, esta pequeña playa posee una hermosa ermita construida bajo un hueco que forma el acantilado.
Su Plaza Mayor
Si preguntas qué ver en Santillana del Mar, uno de los puntos clave es, sin duda, su Plaza Mayor. Centro neurálgico de la población, alberga edificios tan significativos como la Casa del Águila, la Casa de la Plaza, el Ayuntamiento, la Torre de Don Borja o la Torre del Merino.
Una plaza con mucho encanto, ya que conserva su aire tradicional de antaño. La mayoría de los edificios de este enclave fueron construidos entre los siglos XIV al XVIII. Una plaza muy viva cada día y alegre con sus coloridos balcones.
El Cincho
Los amantes de la arqueología tienen en el Castro de El Chincho un lugar muy interesante en Santillana del Mar. Este yacimiento se halla en el pueblo de Yuso, a menos de 1 kilómetro de Santillana, enclavado en un alto de más de 270 metros de altura.
Un lugar que albergó un castro prerromano cántabro del siglo I a.C. Aquí pueden verse importantes vestigios arquitectónicos de aquella época, así como diversas ruinas en la cima del monte y múltiples objetos prerromanos culturales.
El Museo y la Cueva de Altamira
No puede faltar en esta lista sobre qué ver en Santillana del Mar la famosa Cueva de Altamira y su museo. A solo 2 kilómetros de la población, esta cueva fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985.
El techo de esta cueva, con pinturas y representaciones de hace más de 14.000 años, es conocido como la Capilla Sixtina del arte rupestre. El Museo de Altamira se halla junto a la cueva, así como la Neocueva, toda una réplica muy fidedigna y precisa de la original.
Las 5 mejores cosas que ver en Santillana del Mar
Además de estos 5 grandes atractivos, Santillana del Mar tiene mucho más que ofrecer al viajero. Hemos seleccionado otros 5 edificios y lugares que debes visitar en este destino para poder llevarte una mejor impresión de este lugar.
Convento de San Ildefonso
Conocido también como el Convento de las Madres Dominicas, tiene su origen en la segunda mitad del siglo XVII y fue fundado por Alonso Gómez de Carro. Hay que destacar no solo su belleza exterior, sino también la interior.
Si se accede al convento, se puede visitar el pequeño claustro y, sobre todo, la iglesia. En su altar mayor se encuentra el Cristo de Marfil, una talla única del siglo XVIII que está considerada una de las mejores en toda la región.
Palacio de los Velarde
Situado en la plaza de las Arenas, junto a la Colegiata, fue construido a mediados del siglo XVI para Alonso de Velarde. Un palacio de estilo renacentista cuya fachada principal da al este y cuenta con hermosos balcones, soportales y un escudo nobiliario.
De planta rectangular y con tres alturas, es uno de los edificios que ver en Santillana del Mar más recomendados. Pueden verse sus peculiares gárgolas para el agua de lluvia, el escudo de los Velarde en la fachada principal y sus pináculos decorativos coronando todo el conjunto.
Ermita de Santa Justa de Ubiarco
La Ermita de Santa Justa de Ubiarco se halla en la playa del mismo nombre que vimos anteriormente. Una pequeña construcción semiexcavada en la roca de un acantilado y que está considerada Bien de Interés Local desde el 2010.
La ermita fue construida en el siglo XVI y, desde bien pronto, tuvo un enorme arraigo en la zona. Tanto es así que se convirtió en uno de los primeros lugares de peregrinación cántabros. El paisaje que la rodea es de singular belleza.
Su casco histórico
El centro histórico de Santillana del Mar está repleto de edificaciones de piedra que datan de los siglos XIV al XVIII. Conjunto Histórico Artístico desde 1943, en él pueden verse la Colegiata, el Palacio de Velarde, la Casa de los Abades, el Ayuntamiento, las torres del Merino y de Don Borja o la Casa de los Valdivieso.
Los Museos del Barquillero y de la Tortura
Situado en la Casa de la Archiduquesa Margarita de Austria, este museo alberga diferentes piezas y elementos relacionados con el oficio del barquillero. Una visita muy curiosa y con encanto para conocer los entresijos de un oficio ya casi extinguido.
Finalmente, en esta guía sobre qué ver en Santillana del Mar, debes visitar también el Museo de la Tortura. Un lugar en el que se muestran diversos instrumentos de tortura empleados a lo largo de los siglos y, especialmente, durante la época de la Inquisición en España.